Colombia ocupó el quinto lugar en Latinoamérica en las ventas de carros nuevos, detrás de Brasil, México, Chile y Argentina, según cifras del Registro Único Nacional de Tránsito (Runt).
Salieron de las vitrinas en el país 133.841 unidades, entre automóviles, SUV, pick-up y otro tipo de vehículos, lo que representa un incremento del 26% comparado con el mismo periodo de 2021. Y un aumento del 35% con respecto al 2019.
Ese mercado, que es apenas del 6% del total de la región muy pequeño comparado con Brasil (46 %), México (25 %), Chile (10 %) y Argentina (9 %) se lo disputan hoy importantes conglomerados mundiales y locales que representan a más de 50 marcas.
Con lo que ocurrió en 1946, vivimos una situación que contrasta cuando Colombia exportó 5 millones de sacos de café, la mayor cantidad de grano enviado al exterior hasta ese año, casi todo a los Estados Unidos, con lo cual, mediante un trueque, llegaron 300 unidades de Jeep Willys.
Más tarde, serían la Federación Nacional de Cafeteros, la Caja de Crédito Agrario, y luego, el empresario Leonidas Lara los que importarían los Willys para venderlos a los agricultores de la zona cafetera. Actualmente la importación, distribución y venta de carros nuevos es muy diferente. La globalización, la competencia ruda por los mercados, las cambiantes situaciones de la economía nacional y global, cómo no, los efectos que dejó la pandemia, entre otros aspectos, demarcan un surtido mapa en el negocio de los carros marcado por alianzas y fusiones impensables en otros tiempos, cuando la exclusividad en la representación o importación de una marca eran un plus para las ventas.
Según el Runt al finalizar julio pasado, Renault, lideraba el listado de ventas en lo corrido del 2022, continuada en su orden por Chevrolet, Toyota, Suzuki, KIA, Volkswagen, Mazda, Nissan, Hyundai, cerrando Fotón este top 10. Las 5 primeras marcas de este escalafón se quedaron con el pedazo más grande de la torta: vendieron 60,1% del total de vehículos matriculados al finalizar el séptimo mes.
En la distribución son jugadores de primer orden las ensambladoras colombianas. La Sociedad de Fabricación de Automotores S. A., Renault-Sofasa, fundada en 1969, que produce los carros de la marca francesa Renault; y General Motors GM-Colmotores, fundada en 1956 y fabricante de Chevrolet. Se suman Hino, que hace los camiones de esa marca, y Fotón, que fabrica unidades de ese sello chino.
Entre las 114 salas que Renault señala en su sitio web, los cinco vendedores más grandes son: Sanautos, Casa Toro, Agenciauto, Auto Stock y Caribe Motors. Estas tienen a su vez los concesionarios en diferentes ciudades del país, que son finalmente los que se ven cara a cara con los clientes.
Por otra parte GM-Colmotores, entre una red de 38 concesionarios y más de 100 puntos de venta y servicio, los que más unidades colocan son, en su orden, Continautos, Auto Niza, ambos de Bogotá; Autopacífico de Cali y Autolarte y Ayura, de Medellín.
En Mazda, cuya matriz se convirtió en importadora tras el cierre de la ensambladora que era conocida como la Compañía Colombiana Automotriz (CCA), tiene a Casa Toro, Mazco, Automontaña, Vehículos del Camino y Auto Vardí encabezando la dinámica de sus ventas. Son 15 concesionarios que abren diariamente 38 vitrinas en todo el país.
Se ve aquí ya cómo una vitrina vende vehículos de varios escudos, lo cual se conoce como concesionarios multimarca. El negocio pasó grandes transformaciones con la llegada de poderosos grupos extranjeros que se asentaron en el país de forma independiente en algunos casos, y en otros, en exitosas alianzas con capital nacional y también en empresas nacionales de vasta tradición y arraigo.
Durante mucho tiempo la importación de vehículos fue un negocio operado efectivamente por las matrices desde el exterior, en el mercado actúan muchas de estas también con oficinas que las representan localmente y hay fuertes grupos colombianos, españoles, chilenos, venezolanos y hasta de Trinidad y Tobago, entre otros inversionistas, con oficinas que importan u operan en concesiones.
En el marco nacional, se destaca Casa Toro, la más antigua del país en el sector. Es una compañía que nació en 1934 con una inversión de $ 40.000 como importadora de automóviles Ford, fundada por Pedro Jaramillo y Enrique Toro. Hoy continúa como concesionario de Ford, pero lo es también de Mazda, Renault, Mercedes-Benz, Volkswagen y maquinaria agrícola John Deere. Ese mismo grupo es dueño de Motorysa, la importadora de Mitsubishi y ahora de los eléctricos BYD, además de soportar su operación con su propio banco, Finandina.
Por años, distribuidores exclusivos de Chevrolet la Organización Ardila Lülle, pasaron a ser importadores de MG ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con GM-Colmotores para transformarse en un concesionario multimarca. Hoy es distribuidor de Ford, Volvo, Audi, Volkswagen, Seat, Hyundai, Can-Am, Renault, Sea Doo, Piaggio, Seat, Peugeot, Dodge, RAM, Jeep y Opel.
Además de ser dealer de Mazda e importa la maquinaria New Holland, entre sus principales movimientos comerciales, un grupo muy fuerte es Vardí, que tiene directamente las marcas Nissan con toda la red de distribución propia y las chinas Changan y ZNA.
El grupo Distoyota también representa a los deportivos Porsche y es concesionario de Ford y Hyundai. Toyota de Japón funciona en asociación con el grupo Distoyota, su importador fundador desde hace 55 años, en una empresa mixta.
Durante muchísimos años Mercedes-Benz, que fue manejada por un grupo familiar, pasó a manos directas de la corporación alemana, pero esta decidió hace poco entregarle su marca al enorme conglomerado inglés Inchcape, considerado como el principal distribuidor y minorista automotriz multimarca en el mundo que funge como importador también de Subaru, Land Rover, Jaguar y acaba de agregar las marcas Citroën, DS, DFSK y Suzuki, que le compró hace pocos días a Derco, del grupo chileno Falabella.
A BMW la representa Autogermana, compañía familiar que a su vez importa los Mini y también a Motorrad (BMW) motos. Además, su división Autocolombiana es concesionaria de Hyundai, Subaru, Harley-Davidson Bogotá, Gas Gas, y hasta bicicletas Touratech con sus accesorios. En otro campo, mueve maquinaria agrícola con Tractogermana.
Hino que es parte del grupo Toyota de Japón, ensambla vehículos utilitarios en el país con socios colombianos. Fotón, otro actor del mercado de utilitarios, ensambla pick-ups y camiones livianos, bajo la sombrilla institucional del grupo antioqueño Corbeta.
Astara es otro gran pulpo del grupo hispano-chileno, con fuertes raíces también en Perú, que antes se conocía como SK Bergé, que es un enorme operador logístico en España y también vendedor de muchas marcas en su sede. En Colombia es la cabeza importadora de Volvo y recientemente de Hyundai en asocio con un grupo ecuatoriano minoritario y de Dodge, RAM, Jeep y Chrysler, marcas que fueron adquiridas por el conglomerado europeo Stellantis, encabezado por Fiat, que expandió su poder al comprar también a Peugeot y Opel y, por ende, Astara las importa a Colombia, donde tiene concesionarios afiliados.
La compañía que estuvo en varias conversaciones para que la representara empresas colombianas fue Volkswagen, Por último decidió actuar seguidamente tras una determinación corporativa en Alemania que creó un holding para estos negocios. Ahí surge Porsche Colombia, distinta a la importadora Autoelite de los deportivos, que surte a su red los Audi, Seat y los Volkswagen y tiene a Skoda, de momento inactiva.
En el mercado de los autos Honda goza de un espacio propio y exclusivo que importa el grupo industrial Fanalca en su planta de Cali, donde también se desarrolla la enorme operación de ensamble y comercialización de las motos de la casa japonesa.
Una marca muy preponderante en vitrinas y calles es Kia, cuya importadora es una empresa colombo-ecuatoriana. Los socios del país vecino han actuado también de manera directa en el pasado cercano con Hyundai y ahora tienen un asiento minoritario en el grupo Astara para mover esa marca de tanta resonancia.
Ford tiene oficinas directas en Bogotá y desde allí surte una red de 38 puntos de venta en todo el país donde comercializa SUV, pick-ups, utilitarios y algunos modelos de automóviles.
SsangYong es otra marca que lleva varios años funcionando entre nosotros representada por un grupo empresarial de Cali. Al ver las cifras de ventas, aunque ya la mencionamos, hay que poner en unas líneas aparte a Suzuki, que en Colombia ha sido muy importante pues surtió a Colmotores con el famoso Sprint, los Vitara y camionetas que se derivaron, pero cortó sus lazos con la ensambladora y funciona como marca importadora que fue operada por Derco, del grupo Falabella, pero ahora pasa al control de Inchcape, al igual que Citroën y DS.
Otro negocio que está en poder de ecuatorianos es el de las camionetas chinas Great Wall, que también trabajan en Perú y Costa Rica y tienen las marcas Haval y la de utilitarios Soueast.
En el mundo del transporte mediano y semipesado de carga JAC, también incursiona en los automóviles y es protagonista en el servicio público.
Al citar los principales vendedores de vehículos pesados, Kenworth de la Montaña, obviamente de Medellín domina con los camiones y tractomulas de esa marca. Navitrans colombiana mueve la marca International; Mercedes-Benz comercializa de manera directa al igual que Freightliner, entre los principales.
No se puede cerrar el panorama sin citar que existen concesionarios que en el esquema de multimarca tienen variables negocios cruzados y muchos de estos son más grandes que las operaciones directas de las marcas, pero es un tema tan extenso y complejo que no podemos desarrollar cabalmente, además, porque se trata de entidades cuya privacidad debemos respetar pues trascienden el ámbito de las marcas. Publicado por Contador Financiero, agencia de noticias e información.