Con la mayor parte del espacio aéreo europeo cerrado para Rusia, los productores de paladio se enfrentan a grandes disrupciones. El país presidido por Putin es el principal productor de este metal precioso
esencial en los catalizadores de los vehículos, y la forma más común de transportarlo es a través de aviones con pasajeros.
Una situación que deja a empresas como MMC Norilsk Nickel PJSC estudiando alternativas para abastecer a sus clientes. En lo que va de año, los tambores de guerra y los posibles impactos a las exportaciones rusas han incrementado el precio del paladio más de un 38%. Una preocupación que se ve agravada por un descenso de las reservas del metal en superficie que se viene dando desde hace años, ya que su demanda está muy por encima de su oferta.
“Con el trascurrir del tiempo, surgirán formas de sortear los obstáculos, incluso si eso implica pasar por rutas más difíciles, o por envíos a China o a otros países consumidores”.
Obstáculos que limitan la vía aérea y marítima. Alrededor de una cuarta parte de las exportaciones mundiales de cereales se comercializan a través del Mar Negro y, a medida que se intensifica la guerra, aumentan los riesgos de turbulencias logísticas; y los buques que transportan las mercancías a través de estas aguas temen ser atacados o bombardeados, como ya ha ocurrido con dos buques cerca de Odessa.
Así, mientras aun salen algunos cargamentos de trigo de Rusia, los puertos ucranianos están cerrados, lo que deja a sus principales compradores en busca activa de otros países que se los vendan. Sin embargo, los precios de sus agricultores en la última década no son comparables a los de otros países como Canadá o Estados Unidos. Unas disrupciones que legan precisamente en un momento en el que los precios de las cosechas ya han aumentado considerablemente por cuestiones climatológicas y desajustes en la cadena de suministro global.
Entre los grandes compradores, esperan que India alcance niveles de exportación récord de la materia prima, así como que Francia, Alemania o EEUU también puedan aportar parte de la producción perdida por la invasión rusa a Ucrania.
Rusia es el mayor exportador de trigo del mundo y Ucrania, el cuarto, lo que convierte a esta área de Europa del Este en el “granero del mundo”. En cifras: de los 207 millones de toneladas comerciadas, en torno a un 17% proceden de Rusia, y alrededor de un 12% de Ucrania. “El trigo y el maíz son las dos materias agrícolas más expuestas en los mercados a cualquier tipo de escalada en las tensiones entre Rusia y Ucrania”. De hecho, los futuros de maíz suben esta jornada cerca de un 5%, lo que sitúa su precio por bushel en máximos desde mayo.
Además, las regiones del este ucraniano -donde comenzó la invasión rusa- son las que mayor cantidad de esta materia prima producen. La carga de cereales en sus puertos ucranianos también se está viendo afectada, y países como Egipto no recibirán carga procedente del Mar Negro. Además, las aseguradoras no están ofreciendo cobertura a los buques que navegan por él, o exigen enormes primas a cambio, lo que a su vez incrementa mucho los riesgos (y los costes).
Al menos 630.000 toneladas de grano se han perdido en medio de los ataques, subraya el director ejecutivo de AgFlow. Carga que iba camino de países como Argelia, Yemen y Egipto, y que también transportaba maíz a otros como China, Corea del Sur y España.
Este martes, los precios del trigo suben más de un 5%, llegando a alcanzar niveles máximos desde 2008 y, en lo que va de año, se han incrementado cerca de un 27%, hasta los 977 dólares por bushel.